martes, 27 de octubre de 2009

Luces y sombras... en el Sol

Una de las preguntas que más se han repetido a lo largo de estos días en la clase ha sido qué son las fáculas y las máculas o manchas solares. No las podemos observar a simpre vista porque la luz del Sol es tan intensa que nos cegaría, aunque tampoco debemos intentarlo; nunca debemos mirar al astro rey sin la protección adecuada pues nuestra retina puede sufrir daños irreversibles. Pero si proyectamos el disco solar con un telescopio pequeño o con unos prismáticos sobre una superficie blanca es posible que sobre el círculo blanco veamos unas manchas tenues algo más oscuras. Estas son tan suaves que cuando en algunas ocasionas las hemos observado en clase no ha faltado quien las ha atribuido a manchas, pero sobre las lentes. Éstas realmente existen en el Sol y pueden llegar a ser muy grandes, incluso del tamaño de la Tierra. Bien es cierto que no siempre se observan dado que la actividad solar es rítmica y cada once años se suceden periodos en los que aparecen muchas manchas con otros en los que no se observan. Sin ir más lejos, ahora nos encontramos en un periodo de mínimos que dura ya un par de años. Y del mismo modo que existen estas zonas oscuras, cuando vemos astrofotografías del Sol, como la superior, podemos apreciar zonas más brillantes, las llamadas fáculas.
¿A qué se deben estos fenómenos que se observan en la superficie del Sol? La respuesta es simple: responden a diferencias que tienen lugar en la temperatura de las capas más externas del Sol. En aquellos lugares en los que la temperatura es mayor, los gases brillan más y en consecuencia observaremos un fácula. Por el contrario, donde la temperatura es más baja, el Sol emitiría menos energía y los gases brillarían menos. Y todo esto en relación también con el campo magnético del Sol.
¿Y cómo es posible que en la superficie del Sol se den estos fenómenos? Quizá una observación casera sencilla nos ayude a comprenderlo. Imáginemos que vamos a preparar una infusión al modo clásico, es decir, con un recipiente de agua puesto al fuego al que añadimos el contenido de una bolsita de te o manzanilla. A medida que aumenta la temperatura del agua veremos como las partículas comienzan a moverse convectivamente, en circulos en el seno del líquido. Cuando el agua hierve veremos las partículas se acumulan en zonas concretas de la superficie mientras que en otras, donde ebulle, es difícil encontrarlas. En estas últimas zonas el agua caliente del fondo asciende porque está a mayor temperatura; cuando cede su calor se enfría y desciende al hacerse más densa. Es precisamente en estas zonas más frías donde se acumulan las partículas. De un modo similar, en el Sol las fáculas coinciden con las zonas calientes de la superficie solar mientras que las manchas corresponderían a las zonas más frías.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Antonio,¿como se han producido estas manchas?


Cristina Cano Martín 1ºB

Anónimo dijo...

Esos fenómenos se han producido por que cuando el hidrógeno se transforma en helio y se producen unas reacciones nucleares