jueves, 29 de enero de 2009

La hipótesis Némesis

No es la primera vez que en este blog recibimos comentarios de un seguidor que firma con el pseudónimo de Némesis Negra. Quizá en otra ocasión habría pensado en el personaje mitológico pero, dado que ya celebramos el Año Internacional de la Astronomía, me voy a referir a una hipótesis astronómica que lleva este nombre.
Como ya hemos comentado en diversas ocasiones a lo largo de la historia de la Tierra se han producido diversos episodios en los que en un periodo muy corto de tiempo geológico ha tenido lugar la extinción de un gran número de especies biológicas. Os recuerdo en este sentido, que los límites entre la Era Primaria y la Secundaria y entre esta última y la Terciaria están establecidos a dos de estas extinciones; en la primera desaparecieron organismos como los trilobites mientras que la segunda es mucho más conocida por la extinción de los dinosaurios. Sin embargo no han sido éstos los únicos episodios que muestra el registro geológico aunque sí los más importantes.
Cuando se analizan en su conjunto las extinciones masivas y se ve su distribución a l0 largo del tiempo se ha demostrado que siguen un patrón cíclico: aproximadamente cada 26 millones de años se ha producido uno de estos fenómenos. Si os preocupa saber cuándo será el próximo, en este sentido podemos estar tranquilos, puesto que aún faltan unos 15 millones de años.
Una de las explicaciones que cada vez está tomando más fuerza es la que dice que algunas de las extinciones masivas pudieron estar relacionadas con el impacto de meteoritos. Cada vez toma más cuerpo, por tanto, una explicación extraterrestre para las extinciones masivas.
Ahora bien ¿qué fenómeno astronómico podría explicar que con una periodicidad de 26 millones de años la Tierra fuese bombardeada con meteoritos? Aunque varios, aquí es donde viene la hipótesis Némesis.
Algunos autores propusieron que nuestro Sistema Solar no tendría únicamente una estrella, el Sol que todos conocemos, sino que en realidad sería un sistema binario. Éstos son frecuentes en el Universo y se caracterizan por tener dos estrellas que orbitan una en torno a la otra. Así, en nuestro caso, el Sol estaría acompañado por otra estrella, una enana oscura, llamada Némesis. Esta, con una órbita muy excéntrica, se acercaría cada 26 millones de años a la Nube de Oort provocando una lluvia de cometas, algunos de los cuales alcanzaría a nuestro planeta. A pesar de ser una hipótesis muy sugerente, son pocos los astrónomos que están hoy día a favor de favor de ella.
Bien, probablemente alguien de vosotros se pregunte qué es la Nube de Oort. Intencionadamente no he querido explicarlo. Esto va a ser parte de vuestros deberes; además podríais informaros sobre el Cinturon de Kuiper. Y ya la última, ¿quién fue Némesis en la mitología? ¿Qué otras acepciones puede tener este nombre? Espero vuestros comentarios.

miércoles, 21 de enero de 2009

La Catedral del Cielo

Si cualquier noche de éstas, suponiendo que el tiempo y las nubes lo permitan, miráis al cielo, seguramente os llamará la atención la presencia de tres estrellas perfectamente alineadas y separadas a la misma distancia que se encuentran dispuestas en el centro de un cuadrilátero en el que podréis distinguir astros de diversos colores. Todo este conjunto constituye la constelación de Orión que, por su esplendor, se ha dado en llamar la Catedral del Cielo. Dejando aparte la Osa Mayor, está es una de las constelaciones que más fácilmente se reconoce y que primero identifican los aficionados.

La constelación de Orión representa a un cazador y en ella podemos encontrar astros muy interesantes a algunos de los cuales (aunque no a todos) nos vamos a referir a continuación.

Uno de ellos es una estrella roja, muy brillante, situada en la esquina superior izquieda del cuadrilátero, lo que sería el hombro del cazador. Su nombre es Betelgeuse y es una gigante roja de un tamaño mucho mayor que el Sol. ¿Podríais investigar un poquito en Internet y comentar cuántas veces es mayor que el Sol?

Otro objeto muy interesante que se encuentra debajo del cinturón, formado por las tres estrellas que comentábamos al principio, es la espada de Orión. En ella se localiza la Gran Nebulosa de Orión, también llamada M42, una de las pocas que es observable a simple vista. Si la queréis ver mejor no la miréis directamente, fijad la vista a su alrededor y vedla de reojo, os aparecerá mucho más grande. Algún día os explicaré por qué. Es una zona interesantísima, pues en ella se están formando ahora estrellas.

Y ahora vuestros deberes. Casi todas las estrellas de la constelación de Orión tienen su nombre propio. Las tres centrales reciben el nombre común de las Tres Marías o los Tres Reyes Magos, pero ¿cual es el nombre de cada una?
Hemos dicho que Orión representa a un cazador, pero ¿quién fue Orión y por qué es conocido en la mitología?
Y ahora la pregunta más fácil. Si sois aficionados a la saga de Harry Potter, seguramente sabréis quién es Bellatrix Lestrange. ¿Qué relación tiene este personaje con la constelación de Orión?
Ah, y ya por último. Otro día hablaremos de Sirius, pero no del Black.



viernes, 16 de enero de 2009

Acerca de los cambios de estado


Marino Aguilera, profesor de Geografía e Historia de nuestro instituto me ha pasado la fotografía que ilustra esta entrada. La tomó en el Paseo de los Álamos en una de las últimas nevadas. Y en ella se puede apreciar en agua en dos de sus estados; en el suelo se aprecian zonas cubiertas por un par de centímetros de nieve mientras que en otras partes se puede ver el agua líquida.

La explicación de este cambio de estado es fácil: a medida que se eleva la temperatura aumenta la agitación de las moléculas de manera que el agua pasa del estado sólido al líquido. Podríamos pensar que el sol ha derretido algunas zonas mientras otras no.

Pero si observamos más cuidadosamente la imagen veremos que las zonas en las que se conserva la nieve no se distribuyen al azar, ni tampoco lo hacen aquellas en las que ya se ha derretido. ¿En qué zonas hay agua y en cuáles nieve?¿A qué se debe la desigual distribución de la nieve en el suelo del Paseo? Espero vuestras respuestas en los comentarios.


lunes, 12 de enero de 2009

Sólido, líquido, gaseoso y... plasma

Cuando el otro día en clase preguntábamos acerca de los estados de la materia, la respuesta fue unánime: se puede encontrar en tres estados: sólido, líquido y gaseoso. Cuando pregunté si había algún otro estado, la respuesta fue también unánime: no. Invitados a buscar información al respecto, al día siguiente algunos me hablábais del plasma, algo que se había considerado como el cuarto estado de la materia, pero cuya naturaleza no se entendía demasiado bien.
La materia está formada por átomos, partículas indivisibles a su vez constituidas por protones, electrones y neutrones. Los primeros tienen carga positiva; los segundos, de tamaño muy pequeño comparado con los otros, tiene carga negativa; los neutrones, similares en masa a los protones, no tienen carga. Protones y neutrones constituyen el núcleo del átomo mientras que los electrones, que giran a su alrededor, constituyen la corteza. Habitualmente, en un átomo el número de protones es igual al número de electrones, y por ello son eléctricamente neutros.
Pero en determinadas circunstancias, los átomos pueden ganar o perder electrones quedando cargados eléctricamente; en estos casos hablamos de iones y pueden ser positivos (si han perdido electrones) o negativos (si los han ganado).
El plasma es un gas en el que sus átomos han perdido los electrones y que, por tanto, está formado por iones positivos y electrones, todos ellos moviéndose libremente. Cuando un átomo pierde un electrón normalmente lo recupera pronto para pasar a ser neutro, pero cuando los átomos se encuentran sometidos a altas temperaturas o a energías elevadas esto no es así; en estas circunstancias, y como hemos visto en clase, los átomos se mueven muy rápidamente y chocan entre sí liberando los electrones. Esto es lo que pasa en la atmósfera del Sol, donde los átomos están ionizados y el gas se comportan como un plasma, del mismo modo que lo hace el viento solar.
En la Tierra encontramos a los gases en este estado en las capas altas de la atmósfera y como consecuencia de la interacción entre estos gases y el viento solar podemos observar fenómenos tan llamativos como las auroras boreales. Pero tampoco necesitamos irnos tan lejos para ver gases en estado de plasma; casi con toda seguridad los podéis ver en vuestras casas aunque no tengáis una tele de plasma. ¿Me podéis decir dónde?