domingo, 19 de junio de 2011

Crónica de un eclipse, por Noelia Pérez Mora

En entradas anteriores os invitaba a narrar vuestra experiencia con el eclipse de Luna del pasado 15 de junio. Os incluyo esta crónica escrita por Noelia Pérez Mora y una estupenda composición de fotografías del eclipse en su progreso. Le alegrará recibir vuestros comentarios.

El eclipse total de Luna del 15 de junio de 2011

Noelia Pérez Mora


A las diez menos cuarto preparaba todos los artilugios en la Verónica. Allí ya estaban colocados los miembros de la Sociedad Astronómica Einstein de Alcalá. Orientada hacia el Este, coloqué el telescopio en posición y nos abrimos hueco en una esquina con la cámara en un trípode donde manteníamos una visión bastante amplia. Con el cielo como aliado, rozaban todavía los rayos de Sol cuando una tenue imagen de la Luna, ya oculta por la sombra de la Tierra y con un tono rojizo que se distorsionaba con el anochecer, dejó verse cerca del horizonte. El eclipse más largo de la década dejaba de ocultarte para dejarnos su espectacular estampa. Era el momento de cambiar la versión teórica que dan los libros por una interpretación y valoración propia.Ante la atenta mirada de la Luna, iba ajustando el objetivo del telescopio a medida que se elevaba el la noche. Fue sobre las once y media cuando la Luna mostró su mejor visión. Llegaba el fin del eclipse y nos dejaba algunas de las imágenes más impresionantes mientras se alejaba de la sombra de la Tierra. La zona de umbra iba dejando paso a la de penumbra. La Luna volvió a presentar su aspecto habitual sobre las doce y cuarto, quedando iluminada por los rayos de Sol. Llegaba el momento de recogerlo todo, pero el aspecto que presentó la Luna el 15 de julio no será tan fácil de olvidar. Es un privilegio contemplar este fenómeno. No todo es fácil de explicar ni todos valoramos las cosas de la misma manera pero ante esto creo que los astros hablan por sí solos. No podía validar lo que veían mis ojos, era inexplicable. Sin duda alguna mereció la pena la espera y, un día más, dejar a un lado los exámenes. ¿Con qué nos sorprenderán los astros la próxima vez?



Os dejo algunas fotos que hice junto a un compañero de clase, José Luis. Espero que os gusten. Aunque parece difícil, para obtener estas fotos sólo hace falta paciencia y precisión. Si tienes la suerte de tener telescopio o prismáticos, puedes colocar el objetivo de la cámara sobre el ocular. Lo mejor es intentarlo y comprobarlo por ti mismo. Aunque para ver el eclipse, nada más lejos que utilizar nuestros sentidos.

viernes, 17 de junio de 2011

El eclipse de Luna visto por Noelia Pérez Mora

En entradas anteriores os invitaba a comentar vuestras impresiones acerca del eclipse en este blog y a incluir algunas de las fotos que hubieseis tomado. He recibido unas imágenes espectaculares tomadas por Noelia Pérez Mora en la actividad organizada por la Sociedad Astronómica Einstein de Alcalá la Real en la Verónica. Os incluyo algunas de ellas. Esperamos vuestros comentarios.


jueves, 16 de junio de 2011

El eclipse total de Luna, desde Granada



Ha sido realmente espectacular. En primer lugar la Luna eclipsada, la gran protagonista de la noche, por encima de la tenue silueta de Sierra Nevada ante un cielo aún no negro del todo; por otro lado el trasfondo monumental de la ciudad con la Alhambra en un plano anterior. Incluso la contaminación, esa que puede con las estrellas en la ciudad de Granada pero que nunca puede con la Luna, ha ayudado en esta ocasión a acentuar el efecto del eclipse. La de arriba no es una imagen de gran calidad, pero sí una instantánea de cómo se ha visto el eclipse desde Granada y de cómo lo he vivido. Con toda seguridad, desde los limpios cielos de Alcalá la Real el fenómeno habrá sido aún más espectacular.

Como os decía en la entrada anterior, espero vuestros comentarios acerca de cómo habéis vivido el eclipse. Y si teneis fotos, os agradecería que me las enviaséis para que acompañen a la mía.

Saludos



miércoles, 15 de junio de 2011

El eclipse de Luna del año

Hoy, 15 de junio de 2011 podremos observar al anochecer un espectacular eclipse total de luna. La luna permanecerá totalmente oculta por la sombra de la Tierra durante unos 100 minutos, por lo que éste será el eclipse lunar más largo en unos once años. El máximo del eclipse tendrá lugar a las 20:12 horas T.U. (dos horas más tarde en España). Desde Alcalá la Real, cuando la Luna salga por el horizonte ya estará oculta por la sombra de la Tierra aunque presentará un color rojizo debido a la refracción de la luz cuando atraviesa la atmósfera terrestre.

Pero se podrá disfrutar de más elementos si observamos este eclipse. La Luna se encontrará sobre la Vía Láctea y muy próxima a las constelaciones más bonitas del verano, Sagitario y Escorpio. Os dejo unas imágenes de lo que se puede contemplar hechas a partir de unas simulaciones con Stellarium.


Os animo desde aquí a que contempléis el eclipse y si os resulta posible, a que toméis algunas fotos con vuestras cámaras digitales, bien del fenómeno o del ambiente y me las envieis al correo metodosdelaciencia@gmail.com. Aquellas que tengan un mínimo de calidad las subiremos a este blog. También podéis participar en la sección de comentarios contando vuestra experiencia. Y si queréis tener una observación más detallada de este fenómeno, podéis acompañar a los miembros de la Sociedad Astronómica Einstein de Alcalá la Real que organizan una actividad con telescopios en la Verónica. Otra posibilidad es que lo sigáis a través de Internet desde el Teide (http://www.sky-live.tv/).
Y una última cuestión para los comentarios. Averigua cuándo será el próximo eclipse visible desde la Tierra, sea de Sol o de Luna. ¿Serías capaz de explicar por qué se producirá exactamente en ese plazo de tiempo? Espero tus respuestas.


viernes, 14 de enero de 2011

Seguimos con Arquímedes

Cuentan que el rey Hieron II ordenó fabricar una corona de oro para celebrar sus triunfos pero, cuando estuvo hecha, surgió la duda de si realmente contenía este metal puro o si, por el contrario, los orfebres lo habían mezclado con plata para quedarse con parte del oro. La cuestión fue planteada a Arquimedes, quien hábilmente pensó en resolverla calculando la densidad de la corona y comparándola con la del oro puro. Sin embargo, había un pequeño problema, y es que la corona no se podía fundir para convertirla en un cuerpo regular y determinar así su densidad a partir de su masa y su volumen.
¿Cómo, entonces, lo resolvió Arquímedes? Pues con certeza no se sabe, pero perfectamente pudiera haber sido aplicando su famoso principio. Imaginemos que Arquímedes puso en un plato de una balanza la corona del rey Hierón y, en el otro, la misma masa de oro puro hasta que ambos platos estuviesen equilibrados, es decir, hasta que hubiese la misma masa en cada uno de ellos. Y seguidamente sumergió los platos de la balanza en el agua.
Puestos a imaginar, supongamos que el orfebre se hubiese quedado con parte del oro y lo hubiese sustituido por plata, la cual tiene una densidad más baja que la del oro. Y puestos a seguir imaginando, supón que eres Arquímedes y tienes que explicarle al rey Hierón que el orfebre le ha engañado ¿Cómo le convencerías? Como siempre, las respuestas a los comentarios.
Pero acabo de caer en la cuenta que no hay que ir a la Antigua Grecia para resolver un problema similar. En la última práctica comprobamos que Arquímedes tenía razón calculando los pesos reales, aparentes y el empuje de varios objetos. Si os pidiese que calculáseis las densidades de los dos cilindros que utilizamos, la cuestión es muy fácil; medimos su masa con una balanza y calculamos su volumen sumergiéndolos en una probeta con una cantidad conocida de agua, tal como hicimos. Así que nada, con dividir la masa entre el volumen, pues resuelto. Pero, ¿y si no tuviésemos la masa de los cilindros?
Imagina por un momento que olvidamos tomar este dato y lo único que conocemos son sus volúmenes y sus pesos reales y aparentes cuando están sumergidos. ¿Cómo podríamos calcular la densidad de los cilindros? Inténtalo y compara los resultados con los obtenidos aplicando la fórmula de la densidad. Los datos que necesitas son que la densidad del agua es de 1000 kilogramos por metro cúbico y que la aceleración de la gravedad g=9,8 m/s2.

lunes, 10 de enero de 2011

¡Eureka!

Todos hemos podido comprobar con sorpresa como cuando jugamos en la piscina o en la playa podemos levantar a un amigo haciendo muy poco esfuerzo. Igualmente podemos elevar con gran facilidad una piedra pesada desde el fondo. Pero esto únicamente mientras los objetos se mantienen dentro del agua. En el momento que salen fuera de ella parecen recobrar misteriosamente todo su peso. También podemos sorprendernos de cómo es posible que un barco, hecho de metal, y por tanto con un peso enorme, sea capaz de flotar en el agua cuando habitualmente el metal se hunde en ella.
Quizá podamos comprender mejor estos hechos si intentamos hundir en el agua un balón o un trozo de corcho. En este caso notamos como el agua ejerce una fuerza (un empuje) en sentido contrario al que nosotros ejercemos que se opone a que el objeto se hunda. Pues bien, de la misma manera podemos pensar que la pérdida de peso que experimentamos cuando nos bañamos se puede deber a que el agua ejerce una fuerza en sentido contrario a la de nuestro peso. Ahora bien ¿cuánto vale esa fuerza?¿Cuánto pesaría un objeto sumergido en agua?
La respuesta a estas preguntas la dio Arquímedes, el gran sabio griego. Cuentan que la solución la encontró mientras se encontraba en la bañera y su alegría fue tal que inconscientemente salió corriendo desnudo por las calles gritando ¡Eureka! (que en griego antiguo significa "lo encontré"). Pues bien, Arquímedes comprobó que todo cuerpo sumergido en un fluido (agua, por ejemplo) experimenta un empuje vertical y hacia arriba igual al peso del volumen de fluido desalojado por el objeto cuando se sumerge en él. En otras palabras, si queremos saber cuanto pesará un objeto al sumergirlo en líquido, es decir, lo que se conoce como peso aparente, a su peso real habrá que restarle lo que pesaría la cantidad (el volumen) de agua desalojada.
Y esto es lo que nos hemos planteado en el laboratorio: comprobar que Arquímedes tenía razón. Para ello hemos procedido a pesar diversos objetos con un dinamómetro tanto en el aire como sumergidos en agua. La diferencia de ambas pesadas nos permite conoce el valor del empuje. La tabla siguiente muestra los resultados obtenidos por los distintos grupos.

¿Tenía Arquímedes razón? A partir de la densidad del agua (d=1 g/cm3) averigua el peso del volumen de agua desalojado (equivalente al volumen del objeto sumergido) y comprueba si, con los márgenes de error propios de cada experiencia, coincide con el valor del empuje, calculado a partir de la diferencia entre el peso fuera y dentro del agua. No olvidéis trabajar en unidades del Sistema Internacional. Y una pregunta más; la experiencia la hemos hecho con agua del grifo ¿serían los resultados los mismos si hubiésemos puesto agua del mar? Espero vuestras respuestas razonadas como comentarios a esta entrada.