Aunque no seamos conscientes de ello, muchas de nuestras fiestas y celebraciones tienen un fundamento astronómico. Pensemos en la Navidad o en la fiesta de San Juan. La primera está próxima al solsticio de invierno; este tiene lugar en torno al 21 de diciembre, cuando el día tiene su menor duración y la noche la máxima; por el contrario la segunda, el 24 de junio, está próxima al día más largo del año, aquel en el que hay más horas de luz. Fijaos que en ese día es frecuente hacer hogueras, en un intento, quizá ancestral, de hacer esa noche aún más corta. Y si nos referimos a equinoccios, podemos hablar de la Semana Santa, cuya fecha siempre está relacionada con el equinoccio de primavera.
Otras fiestas no coinciden ni con solsticios ni con equinoccios. Simplemente se ubican en medio de ambos fenómenos y esa es, justamente, su razón de ser. Y este es el caso de Halloween, celebración propia de los países anglosajones, pero que cada vez tiene mayor difusión a lo largo de todo el mundo. Halloween, cuyo nombre deriva de las palabras All hallows eve (literalmente, la víspera del día de todas las almas o espíritus) se celebra el 31 de octubre, el día previo al que en nuestro país llamamos el Día de Todos los Santos, que como sabemos está dedicado al recuerdo de los difuntos. Vemos, por tanto, como los días festivos coinciden en torno a unas fechas concretas en las distintas culturas.
Halloween se celebra desde el siglo V a.C. Y fue una festividad que se colocó justamente en la mitad del trimestre otoñal, justo a mitad de camino entre el equinoccio de otoño y el solsticio de invierno. En la actualidad, y debido a las diversas modificaciones que ha sufrido el calendario a lo largo de los últimos siglos, la fecha en la que lo celebramos, el 31 de octubre, no coincide exactamente con la mitad del trimestre, que tiene lugar unos días después. Originalmente era un día dedicado a ceremonias con las que pretendía alejar a los espíritus de los muertos, y esa esencia es la que aún se conserva con esos disfraces, normalmente terroríficos, con los que pretendemos asustar a los demás.
Otras fiestas no coinciden ni con solsticios ni con equinoccios. Simplemente se ubican en medio de ambos fenómenos y esa es, justamente, su razón de ser. Y este es el caso de Halloween, celebración propia de los países anglosajones, pero que cada vez tiene mayor difusión a lo largo de todo el mundo. Halloween, cuyo nombre deriva de las palabras All hallows eve (literalmente, la víspera del día de todas las almas o espíritus) se celebra el 31 de octubre, el día previo al que en nuestro país llamamos el Día de Todos los Santos, que como sabemos está dedicado al recuerdo de los difuntos. Vemos, por tanto, como los días festivos coinciden en torno a unas fechas concretas en las distintas culturas.
Halloween se celebra desde el siglo V a.C. Y fue una festividad que se colocó justamente en la mitad del trimestre otoñal, justo a mitad de camino entre el equinoccio de otoño y el solsticio de invierno. En la actualidad, y debido a las diversas modificaciones que ha sufrido el calendario a lo largo de los últimos siglos, la fecha en la que lo celebramos, el 31 de octubre, no coincide exactamente con la mitad del trimestre, que tiene lugar unos días después. Originalmente era un día dedicado a ceremonias con las que pretendía alejar a los espíritus de los muertos, y esa esencia es la que aún se conserva con esos disfraces, normalmente terroríficos, con los que pretendemos asustar a los demás.
Dentro de la infinitud del Universo no es difícil encontrar alguna imagen que nos valga para ilustrar esta nota referida a Halloween. Si el año pasado elegíamos la Nebulosa de la Cabeza de la Bruja, la imagen de arriba corresponde a una parte de la nebulosa del Velo, en la que con un poco de imaginación veremos a un fantasma con un rostro terrorífico. Así al menos la describen en esa web de la NASA a la que frecuentemente nos referimos en clase y que podéis seguir diariamente en la columna de la derecha.
Y puesto que en estos días hablamos en clase de eclipses quiero acabar esta entrada con una composición de imágenes de un eclipse lunar que nos recuerda el objeto más característico de esta fiesta. ¿Alguien sabe por qué la calabaza es el símbolo de Halloween? Si alguien lo sabe espero su respuesta en los comentarios.
Mientras tanto.... Feliz Halloween.