lunes, 9 de febrero de 2009

Historias de cometas

Quizá sea éste un buen estreno para este Año Internacional de la Astronomía. Y es que en los próximos días es posible que un cometa de un bonito color verde sea visible a simple vista o con la ayuda de unos prísmáticos antes del amanecer. Se trata del cometa Lulin, y lleva asociada una bonita historia, tal y como cuenta una noticia de la NASA.
En 1996 un niño de siete años observó con su pequeño telescopio un bello cometa, brillante y con una gran cola activa. Pensó que él lo había descubierto y que por ello, como es lo habitual en estos casos, el cometa llevaría su nombre. No fue así; pronto tuvo constancia de que dos astrónomos profesionales, Alan Hale y Thomas Bopp, se habían adelantado a él. Se trataba del cometa Hale-Bopp, uno de los más brillantes observado en las últimas décadas. Sin que por ello se desilusionara, este chico llamado Quanzhi Ye, decidió que algún día encontraría su propio cometa.Y así lo hizo. En julio de 2007, con 19 años, observando una foto tomada desde el observatorio Lulin comprobó que uno de los objetos que aparecían en ella no era una estrella, sino un cometa. Y en esta ocasión sí que fue el primero en verlo. Y este cometa, identificado por primera vez por aquel chico que creyó descubrir el Hale Bopp, se aproxima ahora a la Tierra y podrá ser observado a simple vista o con unos prismáticos sencillos.

No es esta la única historia asociada a un cometa. También se ha contado que un chico japonés cuyo padre había llevado a su familia a la deshonra cuando debido al alcoholismo perdió su negocio, decidió restaurar el honor de aquella identificando un nuevo cometa y poniéndole el nombre de la familia. Kaoru Ikeya descubrió una noche de septiembre de 1965 un nuevo cometa, el Ikeya-Seki, que estaba llamado a ser uno de los más brillantes jamás observado. Y digo antes que se ha contado porque la historia no es real; es uno de esos mitos urbanos que se alejan totalmente de la realidad: ni su padre era alcohólico ni había honor que restituir; Kaoru Ikeya era un chico humilde al que le gustaba observar el cielo y que a lo largo de su vida ha descubierto seis cometas, el último el Ikeya-Zhang que se pudo ver hace unos pocos años.
El cometa Ikeya-Seki llegó a ser el más brillante observado en los últimos siglos, tanto que podía verse a pleno día mirando al cielo y tapando la luz que llegaba el Sol. El cometa Lulin no llegará a ser tan brillante, pero sí que puede representar en este Año de la Astronomía el inicio de una bonita historia personal que cada uno de los que intentéis observarlo recordéis para simpre. En próximas entradas os incluiré información que os ayude a localizarlo.

Y como yo también tengo alguna historia personal relacionada con los cometas, la imagen que ilustra esta entrada es una foto hecha por mi en 1995, desde Valdepeñas de Jaén, del cometa Hyakutake; éste fue un bonito cometa, pequeño en principio, pero que inesperadamente aumentó su brillo hasta llegar a ser visible a simple vista.
Esperemos que esto también suceda con el Lulin.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

hola maestro
no pude ver el cometa pero me hubiera encantado
¡avisame cuando alla otro!
De pilar 1ºB

Anónimo dijo...

HOLA maestro
no pude ver el cometa pero me huviera encantado
¡AVISAME CUANDO ALLA OTRO!
DE PILAR 1ºB

Anónimo dijo...

Pues vaya suerte que tienen los chicos estos, descubrir unos cuantos cometas deben de haber dedicado muchos años de su vida para descubrirlos.

Anónimo dijo...

cuando volveremos a ver este cometa???otra vez.
de Ivan y Aitor